Hoy, les vamos a hablar sobre el contexto de la salud en la Amazonia: el manejo de la salud por las comunidades indígenas, del sistema de salud en las instituciones, el que es proveído por el gobierno y por las instituciones privadas, y algunos de los factores determinantes para los problemas de salud, la situación de las enfermedades y la necesidad de encontrar alternativas para superar muchos de los problemas que les vamos a mostrar.
Recordemos que la extensión de la Amazonia colombiana corresponde aproximadamente a 42% de la superficie nacional y comprende los departamentos de Caquetá, Putumayo, Amazonas, Vaupés, Guainía y Guaviare y parte de los departamentos de Meta, Vichada, Cauca y Nariño y que esta región tiene las mayores fronteras con los países vecinos.
Cerca del 75% de la Amazonia colombiana hace parte de resguardos indígenas, parques naturales o reservas forestales. Los parques y reservas naturales son administrados por la Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales.
Es relevante mencionar que en la Amazonia colombiana hay 62 pueblos indígenas diferenciados que constituyen el 74% del total de los pueblos indígenas a nivel nacional. Estos grupos representan aproximadamente el 13,3% de la población regional, aunque en departamentos como Vaupés y Guainía representan más del 60%. Cada grupo tiene una lengua y características culturales particulares. Estos pueblos tienen rasgos culturales que los unen, identifican y definen su orden social y que están registrados en las narraciones de los mitos.
El tema de salud en dichos territorios indígenas, requiere toda nuestra atención y compromiso, articulando esfuerzos con entidades tanto públicas y como privadas teniendo en cuenta siempre el territorio así como los recursos hídricos, minerales, su fauna y flora que contiene lugares sagrados de gran importancia simbólica para las comunidades, que requieren del cuidado permanente de un chamán y del respeto de todos. Su adecuado cuidado asegurará salud y alimentos para la población. Estos lugares marcan los límites del territorio para ellos y por lo general no coinciden con la división político-administrativa anotada previamente, sobrepasando límites municipales, departamentales y nacionales. Estos límites territoriales se deben tener en cuenta para diseñar e implementar las políticas públicas. Para los indígenas, con su visión integral del cosmos, salud, cultura, ambiente, gobierno propio, educación, van de la mano y son inseparables.
El chamán es el protector y administrador de los recursos naturales. La mayoría de las tribus utiliza las “curaciones” o “rezos” como instrumento de preservación de la salud y mantenimiento del equilibrio ecológico, porque así fue dispuesto desde su origen. Las curaciones están enmarcadas en el calendario ecológico tradicional, teniendo en cuenta las variaciones de los ciclos estelares, lluvias, niveles de los ríos, ciclos lunares, desplazamientos anuales de la vertical del sol, cosechas y abundancias.
Este sistema de salud utiliza las actividades preventivas como pilar fundamental; estas se basan en la comunicación de los chamanes con “los dueños de la naturaleza” por medio de “curaciones”, invocaciones, sueños y conjuros que tienen el fin de pedir los permisos y hacer los pagos necesarios para restablecer el equilibrio energético del ecosistema y por consiguiente el bienestar colectivo e individual.
La enfermedad para las comunidades tiene causas externas al cuerpo como: 1) la venganza por parte de los animales de caza; 2) la enemistad de otra gente; 3) la mala voluntad de seres sobrenaturales. Los tratamientos de los chamanes actúan sobre las partes del ecosistema que han sido perturbadas y curan también disfunciones sociales.
En varias zonas del territorio la red de salud tradicional es reconocida, es fuerte e importante y sigue siendo la principal fuente de cuidados de salud.
En lo relacionado con el sistema de salud institucional, existe una legislación relevante que compromete al Estado frente a la salud de la población en general y de los pueblos indígenas pero como en muchos casos, existe una división entre lo que estipulan las normas y lo que ocurre en la realidad; por ejemplo, en la mayor parte del territorio amazónico la red sanitaria es insuficiente, los servicios de salud son de difícil acceso, no se prestan en los momentos en que se requieren y su calidad es deficiente. El enfoque de los servicios es principalmente asistencial, los programas no están adaptados a las necesidades locales, no están articulados con la medicina tradicional.
Lo que refleja en cierta medida que el Sistema General de Seguridad Social en Salud no ha funcionado en el territorio y desde hace muchos años se viene profundizando la crisis del sector salud en los departamentos amazónicos, como se evidencia en las altas tasas de mortalidad infantil en niños y niñas menores de 1 y 5 años y materna con cifras que con frecuencia superan por más del doble el promedio nacional. Estos territorios también presentan las mayores incidencias de tuberculosis y, si no se le presta la atención requerida, probablemente también de VIH-sida.
Por lo tanto, es esencial desarrollar un modelo de salud que responda a las necesidades socioculturales, demográficas, políticas, económicas y geográficas de las comunidades indígenas y no indígenas de la región. Este modelo debe contemplar los principios de atención primaria en salud definidos por la Organización Mundial de la Salud como los son la universalidad, justicia social, participación de la comunidad en la definición y aplicación de las agendas de salud y respuesta efectiva del sistema de salud con servicios de promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación necesarios para resolver las prioridades, entre otros, y aplicar los principios establecidos en la legislación de salud nacional.
Para ello es fundamental llevar a cabo amplios procesos de diálogo y concertación con todos los actores clave que deben estar involucrados en este proceso y así generar nuevamente confianza en las instituciones. En los grupos indígenas se debe concertar con representantes legítimos de las mismas comunidades.
Sin duda, es necesaria una articulación entre las organizaciones indígenas y los actores interesados generando conciencia sobre la situación mencionada y avanzando en la construcción de soluciones concretas a esta problemática y de esta manera trabajar por garantizar la mejor atención en salud a todas las comunidades indígenas, lo que generará bienestar y calidad de vida en nuestra Amazonia.
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