En el Día de la Mujer Rural, Sinergias conmemora la importancia que tienen las mujeres para el desarrollo social del campo y su urgente necesidad para acceder a la salud y educación de manera equitativa.
Aguerridas, emprendedoras y líderes. Así son las mujeres de los campos de Colombia. Hacen parte de una población que a pesar de las condiciones inequitativas se ha negado a desaparecer.
El campo es tal vez el sector en el que el Estado tiene la mayor deuda histórica. La desatención, por la complejidad geográfica del país, y la falta de presupuesto para el desarrollo rural, han abierto una enorme brecha con las ciudades: según el Censo Nacional Agropecuario 44.7% de los campesinos viven en la pobreza, el 11.5% es analfabeta y el 20% de los niños y niñas entre los 5 y 15 años no han asistido nunca a una institución educativa.
Además, en cuanto a equidad de género, las mujeres rurales tienen poca participación en los espacios de toma de decisión: en el 60% de las áreas rurales dispersas del país los hombres deciden sobre la tierra, y si bien hoy el 28% de ellas son jefas de hogar, el acceso a las herramientas de crédito y capacitaciones técnicas es limitado.
En este sentido, Decssy Cuspoca, Asesora Técnica en Participación Comunitaria del proyecto 1000 días, que Sinergias desarrolla en el Cauca, ha manifestado que los espacios de participación para las mujeres rurales han sido limitados por el machismo, la falta de recursos y el interés tanto en la población como en la zona rural y que, si bien desde la Constitución Política del 91 se ha logrado un enfoque diferencial en las políticas públicas, ( en el cual se incluyen campesinos, indígenas y afrodescendientes, entre otros, que viven en zonas rurales), se necesita invertir en estrategias y proyectos que permitan un acceso equitativo a los servicios de salud y educación para mujeres.
“El campo colombiano necesita de la equidad en todos los espacios: no solo en la prestación de los servicios sino también en el acceso. En cuanto a salud pública es fundamental que las mujeres campesinas, junto con sus tradiciones y conocimientos, sean reconocidas por la institucionalidad”, afirma la asesora.
Estas afirmaciones están sustentadas por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura): según el organismo, existe una relación entre el empoderamiento de las mujeres campesinas y el desarrollo de la familia y la comunidad. Además, cuando tienen acceso a la educación sus hijos tienen mayores probabilidades de sobrevivir en los primeros cinco años de vida.
Cuando las mujeres campesinas están a cargo de las explotaciones agropecuarias y tienen acceso equitativo a salud, educación y sistemas de crédito, riego y capacitación técnica, son constructoras de esperanza. Si las mujeres campesinas son empoderadas pueden erradicar la pobreza extrema, contribuyen a reducir el número de niños y niñas por debajo de su peso normal e incluso se calcula que los países podrían aumentar sus explotaciones agropecuarias entre 2.5 y 4 por ciento.
La salud: una aliada para el empoderamiento
Mejorar la salud materna y combatir el VIH/SIDA y otras enfermedades hacen parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Sin embargo, para las mujeres campesinas, ambas metas constituyen un reto.
Estrategias como la articulación entre entidades institucionales y comunidades rurales, y el diálogo entre los saberes tradicionales y la medicina occidental son fundamentales para el desarrollo social de las mujeres campesinas. Es fundamental que los cuidados tradicionales y las parteras sean tenidas en cuenta a la hora de implementar las leyes para alcanzar una salud equitativa.
“Las políticas en salud en general no dialogan con los saberes tradicionales y muchas de esas costumbres pretenden ser borradas en las comunidades cuando se aplica una reglamentación. Poner en contacto a ambos enfoques permite que las mujeres campesinas sean reconocidas en sus conocimientos, en sus comunidades, en espacios de decisión y redes comunitarias e institucionales, convirtiéndolas en aliadas para el disfrute de la salud”, dice Cuspoca.
En este día recordamos el trabajo que Sinergias hace para mejorar la salud materna en las comunidades campesinas: solo con la articulación de distintos actores institucionales y comunitarios será posible construir un desarrollo social equitativo para las mujeres y hombres del campo colombiano.
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