Un informe publicado por el Banco Mundial sobre Latinoamérica indígena en el siglo XXI, revela que los avances de la región durante la primera década no han cerrado la brecha de desigualdad y pobreza que afecta a las comunidades indígenas.
Siendo el 8% de la población latinoamericana, hoy parecen estar anclados a la pobreza por las condiciones estructurales de desigualdad: 43% de los hogares étnicos son pobres, 24% viven en la extrema pobreza y más del 17% sobreviven con US$2.50 al día.
La primera década del Siglo XXI impactó positivamente en el desarrollo latinoamericano. Se calcula que en este periodo 70 millones de personas salieron de la pobreza extrema; sin embargo, los beneficios no se extendieron ampliamente a los pueblos indígenas de la región. La pobreza y la exclusión socioeconómica, siguen siendo causas que retrasan el desarrollo y participación política, construyendo un escenario que reduce su autonomía y su capacidad de participar de los beneficios que trajo la década dorada.
El informe, que es una apuesta para que los gobiernos y poblaciones indígenas conozcan el estado actual de la situación de las comunidades, recogió los censos de 16 países y encuestas de hogar de 9; escogidos por presentar robustas poblaciones étnicas.
El panorama es desalentador, la mayoría de los Objetivos del Milenio no tuvieron incidencia en las condiciones de los pueblos indígenas por lo que las brechas entre estos y la población mayoritaria de Latinoamérica, se mantuvieron igual o aumentaron desde 1990. De hecho su cultura se ha visto amenazada por la pérdida de las lenguas nativas y la presión de actores internos y externos en los territorios declarados como zonas protegidas: por ejemplo en la Amazonía la extracción petrolera cubre el 13% de las tierras indígenas, y la exploración y negociación de nuevos bloques el 50%.
Ser indígena en Colombia
La violencia y los conflictos ambientales y armados constituyen una amenaza para los pueblos indígenas del país. De los 6,4 millones de víctimas del conflicto (cifra oficial), el 30% pertenecía a poblaciones étnicamente diferenciadas; además de los 770.000 desplazados internos, 125.000 son indígenas.
En educación, solo un 55% de niños entre los 12 y 18 años asiste a la escuela, hecho que demuestra la brecha entre niños indígenas y no indígenas (un 72% de ellos tiene acceso a la educación). Algunos impedimentos para que niños y niñas indígenas no asistan al colegio en el país son el costo (34%), la distancia (9%) y la necesidad de trabajar (42%).
Hacia una agenda continental intercultural
La implementación y seguimiento de los marcos jurídicos progresistas son la clave para la defensa y protección de los derechos indígenas.
Los actores del gobierno, las Organizaciones No Gubernamentales y la sociedad civil deben asumir el reto de implementar políticas de desarrollo que reduzcan la exclusión social.
Mejorar la calidad en el sistema educativo e incluir la interculturalidad es fundamental para preservar las tradiciones indígenas y conseguir el desarrollo con identidad.
Latinoamérica debe asumir el compromiso de reducir las barreras geográficas, lingüísticas y sociales que entorpecen la participación democrática indígena.
Un Consentimiento Libre, Previo e Informado: fundamental para que comunidades indígenas participen en el diseño e implementación de las políticas públicas destinadas a sus terrenos. Las intervenciones solo podrán ser efectivas cuando sean adecuadas a las costumbres y visiones locales.
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