Debido a la Conmemoración del Día Internacional de la Acción contra el VIH/SIDA el 1 de diciembre de cada año, es importante que recordemos y tengamos en cuenta que el VIH es mucho más que una enfermedad o un asunto clínico, las repercusiones que tiene en la sociedad son de alto impacto. Su prevención depende en gran medida de las prácticas sociales y de los niveles de información y educación que se tiene con respecto al virus y sus formas de contagio y transmisión.
El VIH no tiene preferencia alguna por ningún grupo social específico, no diferencia creencias, orientaciones sexuales, estrato socio-económico o raza. Todos y todas somos vulnerables de adquirir el virus sin importar nuestras creencias, nuestras prácticas o nuestra condición social.
En 2011, el Programa de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA, ONUSIDA, presentó el último estudio mundial sobre el estado del VIH y estas son algunas de las cifras más relevantes al respecto:
En el mundo 34 millones de personas viven con el VIH.
Casi el 60% de las personas que viven con el VIH desconocen su estado serológico y en consecuencia, esto obstaculiza su capacidad de cuidar su propia salud y la de sus seres queridos.
En el 2010 se presentaron 2,7 millones de nuevas infecciones por el VIH, que incluye una cifra estimada de 390.000 niños.
En América Latina aproximadamente hay 100.000 nuevas infecciones de VIH por año. Esta cifra ha permanecido estable desde 1996 hasta entonces.
En 2010, el 48% de las mujeres embarazadas con VIH recibió un tratamiento efectivo para prevenir nuevas infecciones en niños.
Gracias al inicio del tratamiento terapia antirretrovírica a tiempo, el número de personas que mueren por causas relacionadas con el SIDA disminuyó de 2,2 millones a 1,8 millones en 2010.
Las cifras reflejan no solo la gravedad de la enfermedad en el mundo, sino también la existencia de mayor acceso y una mejoría importante del tratamiento antirretroviral. Sin embargo, en muchos países del mundo los prejuicios y la desinformación son la generalidad, identificados como uno de los grandes obstáculos para prevenir y atender de forma oportuna y adecuada a las personas con el VIH.
Sin duda, fortalecer el sistema de educación de los países es clave para combatir estos grandes obstáculos. Todos los Estados deben garantizar la provisión de información, educación y apoyo adecuados, frente a la prevención y el tratamiento del VIH, así las personas tendrán más herramientas para conocer sus derechos y deberes frente al VIH, combatir su propagación y tratar de erradicarlo.
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