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322 mujeres están cambiando a Colombia desde la Salud Pública

Actualizado: 27 abr 2023


  • En el Día de la Mujer, Sinergias hace un llamado al reconocimiento del trabajo de parteras tradicionales, profesionales de la salud y lideresas de comunidades para el desarrollo en zonas apartadas.

  • Estas 322 mujeres han participado en proyectos relacionados con atención primaria en salud, cuidado perinatal, salud materno infantil, lucha contra las violencias de género y prevención del VIH y el embarazo adolescente.

  • Heidi González, auxiliar de enfermería de La Guajira y Pacha Pasmo, partera del Chocó, son ejemplo de cómo las mujeres pertenecientes a grupos étnicos impulsan la salud y el desarrollo local en sus comunidades.

  • Sinergias ha trabajado de la mano con mujeres en la mayor parte del territorio nacional.Casi 80% de las personas con las que ha trabajado Sinergias a nivel nacional y local son mujeres.

Las mujeres indígenas y afro colombianas, al igual que otras lideresas locales, juegan un papel fundamental en el mejoramiento de la salud pública del país: en 31 departamentos, 200 municipios, y más de 40 asentamientos indígenas a lo largo y ancho del territorio nacional, ellas han liderado transformaciones significativas, conjuntamente con Sinergias, en los últimos 5 años. Cada una de ellas está generando oportunidades y espacios para sus comunidades a partir de la enseñanza de buenas prácticas en salud y el fomento del conocimiento local para la prevención de enfermedades.

Proyectos desarrollados en 31 departamentos de Colombia por Sinergias y enfocados en problemáticas que afectan a las mujeres, como la mortalidad materna, el embarazo adolescente, las violencias de género, entre otras, han hecho que varias colombianas desde Uribia en La Guajira, pasando por Istmina en Chocó y llegando al Vaupés estén trabajando por la salud de sus etnias y comunidades.

Colombianas que cambian vidas


“No son solo agentes de salud, son gestoras de comunidad. Ellas articulan los conocimientos y prácticas con las necesidades de las comunidades, potenciando así el desarrollo local. Cuando trabajamos en el fortalecimiento de sus capacidades nos complace ver entre ellas a madres o hijas que se interesan por aprender y ayudar a sus comunidades, en las zonas más remotas del país”, dice Ana Blanco, coordinadora de Salud Pública de Sinergias.


A la fecha, cerca de 80% de las personas que han trabajado con Sinergias en más de 20 proyectos son mujeres, aportando así a su empoderamiento y a procesos que buscan mejorar el acceso a la salud en zonas apartadas. Una labor que se espera tenga mayor relevancia en el posconflicto: ellas jalonarán los procesos de convivencia al interior de las comunidades.


Mujeres que hacen Sinergias


Heidi González, la enfermera wayuu


En medio de la aridez de la media Guajira, a tres horas de Uribia, aparece el corregimiento de Tres Bocas, la tierra natal de Heidi, una Wayuu de 26 años que trabaja con Sinergias en el proyecto de Seres de Cuidado. Además de su tradicional manta de colores, siempre viste una gran sonrisa y un ánimo inquebrantable para desarrollar su labor de enfermera, gestora de salud y de bienestar de las casi 200 familias que acompañó con este proyecto.


Si bien desde los 8 años aprendió el español en el internado de San José de Uribia, donde cursó su educación básica, el amor por sus raíces y valores ancestrales jamás se perdieron, por el contrario, crecieron a medida que veía la preocupante situación de salud pública en su región.


Como Wayuunaiki parlante, el trabajo de Heidi fue fundamental para comunicarse con las comunidades y para permitirnos entender cómo trabajar mejor con la población Wayuu.


Pacha Pasmo


Casi 8 mil personas, entre colombianos, brasileros y peruanos han llegado al mundo de la mano de Francisca Córdoba, Pacha Pasmo, una mujer afrodescendiente de 53 años que lleva 28 siendo partera en el municipio de Istmina, Chocó.


Pacha es otro gran ejemplo de las mujeres capacitadas por Sinergias. Ella combina sus saberes ancestrales con el conocimiento occidental. Al ser parte de la comunidad, entiende y responde las necesidades de las mujeres embarazadas y sus familias, por lo que confían en ella. Esto se evidencia en el número de partos que atiende al año, el cual sobrepasa en gran medida los partos institucionales de muchos de los municipios de la región.


“Comencé desde que era niña viendo a mi abuela María Santos Rentería. Ella me enseñó y desde el primer momento me encantó ver ese momento en que el bebé sale y se encuentra con el mundo”, afirma Pacha.


Si bien Sinergias con la contratación y la capacitación de cientos de mujeres ha contribuido con el mejoramiento de sus habilidades para que continúen transformando positivamente sus comunidades, aún hay grandes retos para lograr que la equidad de género sea una realidad.

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